'/>

viernes, 16 de noviembre de 2007

Esta es la historia de un verdadero héroe nacional. No se lanzó de un caballo, para resguardar su trasero, ni salvó vidas en un naufragio para no quedar mal con la patria y los amigos, ni tampoco hizo creer que le quedaba un último cartucho( cuando de verdad tenía algunas balitas más escondidas timidamente entre sus interiores).

Napoléon Ugarte no es de esa clase de héroe. Él es un tipo sencillo, común, corriente, silvestre (aunque también tiene sus cosas raras), que a sus un montón de años se da el lujo de estar vivo para contarlo todo... sin mordaza.

A pesar de ello, aun le gusta vivir aquí...y es que, según nos confiesa en 'off the record', no tiene otro lugar a donde ir.


EL DIARIO DE NAPOLEÓN UGARTE

La plaza de los recuerdos

Me atraen las plazas repletas de gente. Me llaman la atención las palomas que se regocijan sobre estas personas que se apoderan de las plazas, sin desmedro.

Me acongoja saber que existe gente que le gusta esparcir estos alimentos, en aquella plaza, de aquel lugar donde muchos reinan en sus dominios cercados, por donde las inofensivas aves planean sus travesuras, al compás del aire.

Sí, hoy tenido ganas de robarle el maíz partido a aquellas palomas, que también se hacen dueñas de esta escena, en complicidad con esta gentuza, los detesto, que se apresuran a buscar víctimas para saciar sus apetitosos sentimientos de avaricia.

Pero he fracasado en el intento, de hacer mío todas las bolsitas de maíz fracturados que les lanzan al azar, para que esas aves, caprichosas y aprovechadas, se vuelven regordetas y pedilonas.

Mi horóscopo de mi periódico favorito dice que mañana será otro día. Confiado en esta superchería, dentro de las próximas 24 horas armaré un detallado plan, con el fin de salvar la plazita, en la que por muchos años, cuando era niño, iba de un lado a otro burlando rivales, creando jugadas y festejando goles tontos en los disputados partidos con los vecinos de mi barrio.

Seguro que mañana me lavantaré temprano, entre los primeros sonidos del amanecer que son producidos por ese tropel de infames comerciantes, hijos del dinero. Desayunaré y me bañanaré, y antes de las siete de la mañana, me opondré terriblemente a este negocio. Mi insonmio y mi frustracción de dormir mis 12 horas de descanso, programadas por mi doctora, me motivan a emplear acciones drásticas...Amén.

1 Comment:

Unknown said...

Creo que el mundo necesita más hombres como Napoleón! Yo necesito de un Napoleón! Jaaa!! Buen Post mi niño! Y debo decir que tu tienes mucho de Napo .. león Grrrrr!!!

Besos mil!